Cómo empezar una conclusión: los mejores consejos
¿Necesitas aprender cómo empezar una conclusión? ¿Tienes que redactarlas para tu trabajo y no sabes si lo estás haciendo correctamente? ¡No te preocupes! Pues, en este post, te contamos de qué se trata este apartado tan importante y cómo escribirlo de manera adecuada.
Así que quédate leyendo y no te pierdas ningún detalle. ¡A escribir esas conclusiones!
¿Qué es una conclusión?
Las conclusiones de un trabajo o una investigación son realmente importantes. De hecho, se trata del cierre de todo tu proceso. Por lo tanto, es el momento en que arribas a los resultados y/o formulas las consideraciones finales a partir de lo que has obtenido.
Además, es también de una de las partes más enriquecedoras de tu trabajo, ya que contienen los aportes más importantes al área de estudio. Al mismo tiempo, suponen las respuestas que has encontrado para el problema planteado al inicio de un proyecto.
Pero indaguemos un poco más en sus implicancias. En su Diccionario, la Real Academia Española nos comparte varias definiciones del término:
1. Acción y efecto de concluir.
2. Idea a la que se llega después de considerar una serie de datos o circunstancias.
3. Fin y terminación de algo. (RAE, 2020).
Para complementar toda esta información, podríamos agregar que las conclusiones “se obtienen al hacer una revisión exhaustiva e interpretación del proceso anterior, es decir, del análisis de sus resultados” (Brito, 2015).
También, podemos afirmar que la conclusión es “la concreción o resumen de los resultados que permiten demostrar o negar su hipótesis o lograr los objetivos planteados” (Brito, 2015).
Etimología del término
Por otra parte, si nos remontamos a su etimología, consideraremos algunos aspectos interesantes.
La palabra ‘conclusión’ proviene del latín conclusĭo, conclusiōnis. Estas se encuentran compuestas por conclum-, tema de supino del verbo concludere (concluir, cerrar) y el sufijo –io(n), que significa “acción y efecto”.
A su vez, conclusio se encuentra traducido del griego ἐπίλογος {epílogos}. Y si buscamos la definición de ‘epílogo’, encontramos que está en línea con los sentidos anteriores:
1. Recapitulación de lo dicho en un discurso o en otra composición literaria.
2. Última parte de una obra, en la que se refieren hechos posteriores a los recogidos en ella o reflexiones relacionadas con su tema central. (RAE, 2020).
¿Qué caracteriza a las conclusiones?
Para entender cómo empezar una conclusión, primeramente, es necesario conocer las características que la definen. En este sentido, siguiendo a Brito (2015), enumeramos una serie de rasgos particulares que te permitirán diferenciarlas con otras etapas del proceso de investigación. Entonces:
- Se formulan como enunciados concretos y proposiciones afirmativas.
- Mantienen estrecha dependencia y dan respuesta a lo planteado en el problema y los objetivos. Así, debería haber por lo menos una conclusión por cada objetivo específico y también una orientada al objetivo general.
- Se constituyen como una síntesis de las variables y los factores observados.
- No incluyen aspectos subjetivos.
- Por último, no incorporan aspectos que no fueron obtenidos en la investigación.
Cómo empezar una conclusión
- Te recomendamos que estén señaladas con alguna marca gráfica o cuadro. Puedes utilizar números, guiones o viñetas para listarlas de un modo claro y organizado.
- Al enunciarlas, recuperar los objetivos planteados en el trabajo y establecer la relación directa con cada uno.
- No consignes elementos o aspectos nuevos o que no se hayan incorporado en el proceso de investigación.
- Puedes agregar una interpretación fundamentada para señalar cómo se han conseguido los resultados.
- Cada conclusión tiene que estar vinculada con algún fundamento teórico. Esto basándote en algún autor, concepto, etc.
- En las relaciones que establezcas, presenta una valoración de tipo objetiva.
- Indica la presencia de alguna debilidad en la comprobación de hipótesis u objetivo. Así, dejarás al menos una vía abierta para que otros investigadores puedan continuar o mejorar tu trabajo. De la misma manera, es importante que hagas énfasis en la importancia de lo que has aprendido, su utilidad conceptual o metodológica.
- Presentarlas según su orden de importancia, jerarquizando la información para no entorpecer la lectura.
- Puedes incluir un apartado posterior que se corresponda con las recomendaciones que surgen de cada conclusión.
- Volver a la introducción del trabajo. Ahí encontrarás los temas e interrogantes que te propusiste responder. De este modo, no te quedarás sin ideas y podrás revisar si te ha quedado algún aspecto sin tratar.
- La extensión de las conclusiones debe ser acorde a la del trabajo. Si tienes una tesis de 300 páginas, las conclusiones pueden ocupar unas 10 o 15 páginas. Pero si tienes un trabajo académico más bien breve, tus consideraciones finales pueden formularse en algunos párrafos.
- Utiliza frases iniciales del tipo “finalmente”, “en conclusión”, “como síntesis de la investigación realizada”. Trata de usar conectores entre las diferentes oraciones para esclarecer los tipos de relaciones que quieres señalar. Evita las repeticiones innecesarias.
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