Disertación filosófica: ¿Qué es y cómo se estructura?
Para hacer una disertación exitosa, es necesario que entiendas en qué consiste y cuáles son sus particularidades. Además, cada disciplina tiene su forma de hacerlas. En este post, te contaremos qué es y cuál es la estructura de una disertación filosófica. Por eso, si estás estudiando filosofía, no te pierdas este post.
Disertación: ¿qué es?
Según la RAE, disertar es “razonar, discurrir detenida y metódicamente sobre alguna materia, bien para exponerla, bien para refutar opiniones ajenas”. Y, por disertación, entiende un escrito, lección o conferencia en la cual se diserta. Por ejemplo: En el la reunión cada uno disertará sobre tu trabajo.
En otras palabras, una disertación puede entenderse como una conferencia, un discurso o una exposición sobre un tema determinado que sigue una estructura fija. Por lo tanto, una persona puede disertar en un congreso, en una defensa de tesis, en un trabajo, en una clase, etc.
Las disertaciones respetan un orden, puesto que es necesario darle a los oyentes la información de manera organizada. Ya que el objetivo es dar a conocer un contenido específico sobre una materia.
Debido a la rigurosidad, para hacer una buena disertación es necesario dedicarle tiempo y mucha preparación.
La disertación filosófica
Si estudias filosofía o alguna formación relacionada con ella, probablemente tengas una idea de qué es una disertación filosófica. De todas formas, ahora que sabes qué es una disertación, puedes darte una idea más clara de cómo sería disertar un tema filosófico.
Una disertación filosófica consiste en exponer detenida y metódicamente un asunto referente a la filosofía. Puede tratarse de una conferencia escrita u oral.
La filosofía es una disciplina muy antigua de la cual nacieron otras disciplinas (como la psicología, por ejemplo). Por eso, se la suele llamar la «madre de todas las ciencias». Etimológicamente, la palabra se descompone en philos, que significa “amor”; y sofos que significa “sabiduría”. Ambas son raíces griegas. Por lo que, tradicionalmente, se traduce como amor a la sabiduría o al conocimiento. A grandes rasgos, se trata de las reflexiones acerca del ser de las cosas, de la esencia de los fenómenos vitales, de las causas y los efectos de las acciones, de la naturaleza de las cosas, de la experiencia de la realidad, de la vida y de la muerte. Es un sistema, es decir, una disciplina que tiene métodos y los aplica sistemáticamente para razonar sobre algún asunto y crear conceptos, por lo general, abstractos.
Así, en la mayoría de los casos, se trata de conceptualizar y categorizar. Algunas de las áreas más destacadas son la metafísica, la epistemología y la lógica. Cada autor crea unos métodos y razonamientos propios, como Platón, Descartes, Hume, Spinoza, etc.
Como verás, la filosofía abarca un campo amplio de temáticas. Por lo que, a la hora de elegir el contenido de tu disertación, podrás elegir de entre una gran variedad de temas.
¿Cuál es la estructura de una disertación filosófica?
Las disertaciones, en general, siguen una estructura bastante fija porque siguen un razonamiento lógico que facilita la comprensión de los oyentes. De todas maneras, si se trata de una disertación oral, como veremos aquí, puedes hacer modificaciones durante la ponencia si lo crees necesario. Las etapas son las siguientes:
1° Introducción
Para empezar, tienes que darles a los oyentes la información introductoria a modo de presentación de tu tema. Es decir, debes ponerlos en conocimiento y darles el contenido que deben saber para comprender tu disertación. Se trata, en definitiva, de poner al público en contexto. Es esencial que en este momento captes la atención y el interés del auditorio para invitarlos a seguir escuchando. Recuerda que se trata de presentar, no de desarrollar ideas. Puedes incluir qué fuentes bibliográficas trabajarás y qué te motivó a disertar sobre el tema. Es fundamental que mantengas una posición objetiva respecto de lo que dices.
2° Desarrollo
Hay dos momentos que componen el desarrollo, que pueden ir separados o mezclados. El primero consiste en explicar cuál es tu perspectiva de análisis, es decir, desde qué lugar hablas y qué enfoque eliges. Aquí puedes mencionar los objetivos y la justificación del trabajo. También, los autores en los que te basarás.
El segundo momento consiste en desarrollar las ideas, conceptos y argumentos para sostener tu postura. Debes desarrollar y exponer el contenido central y esencial. Es el momento de que te explayes a fondo. Es muy importante que sigas un orden lógico. Piensa que quizás te escuchen personas que no pertenecen al ámbito de la filosofía. Y, como te contamos, esta disciplina cuenta con una jerga especial que no todos conocen. Por eso, desarrolla los argumentos lenta y ordenadamente.
3° Conclusiones
Se trata de enumerar los puntos más valiosos del trabajo y hacer hincapié en las ideas que quieras que el público retenga. Pero no es solo un resumen del texto, también debes aportar nuevas reflexiones. No dejes ideas sin terminar. Realiza el cierre como si la estructura fuese circular.
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