Turnitin se ha convertido en una herramienta fundamental en el ámbito académico para garantizar la integridad de los trabajos universitarios. Si estás realizando tu TFG, TFM o tesis doctoral, es muy probable que tu universidad utilice Turnitin u otro detector de plagio para revisar la originalidad de tu texto. En esta guía completa, te explicamos qué es Turnitin, cómo funciona, cómo lo usan las universidades españolas y cómo puedes evitar el plagio en tus trabajos. Además, abordamos una pregunta muy actual: ¿Cómo detecta Turnitin ChatGPT u otros textos generados con IA? También veremos qué detecta exactamente Turnitin (tipos de plagio y coincidencias que identifica), presentaremos casos prácticos de uso, discutiremos las implicaciones éticas de esta herramienta (y de la IA en la escritura académica), y resolveremos las preguntas frecuentes más comunes. ¡Sigue leyendo para conocer a fondo Turnitin y asegurar la originalidad de tus trabajos académicos!
Nota: En TFGonline ofrecemos un servicio profesional de redacción sin plagio para TFG, TFM y tesis. Esto significa que escribimos desde cero con fuentes bien citadas y, antes de entregarte el trabajo, utilizamos Turnitin para verificar su originalidad. De esta forma garantizamos que tu proyecto sea 100% original y esté listo para superar cualquier revisión de plagio. Si necesitas ayuda con tu trabajo final, podemos asesorarte y redactar con los más altos estándares de integridad académica.
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¿Qué es Turnitin?
Turnitin es un software de detección de similitud utilizado para prevenir y detectar el plagio académico. Nació a finales de la década de 1990 como un proyecto de revisión entre pares y pronto evolucionó hacia una plataforma antiplagio muy potente. Hoy en día es la herramienta preferida en universidades de todo el mundo para comprobar la originalidad de trabajos escritos. Su funcionamiento se basa en comparar el texto de un documento con una enorme base de datos de contenidos académicos y de Internet, buscando coincidencias o similitudes que indiquen que partes del texto ya existen en otras fuentes.
Turnitin es aliado tanto de docentes como de estudiantes: ayuda a los profesores a identificar posibles copias indebidas, y a los alumnos a tomar conciencia de la importancia de la originalidad en sus escritos. Cuando un documento se analiza con Turnitin, la herramienta genera un informe de similitud que indica qué porcentaje del texto coincide con fuentes existentes, y señala exactamente cuáles son esas fuentes y los fragmentos coincidentes.
Cabe destacar que Turnitin es un software de pago bajo licencia; es decir, no está libremente accesible al público general. Las universidades e instituciones deben pagar una licencia para usarlo, la cual suele tener un coste elevado. Por eso, la mayoría de estudiantes no tienen una cuenta personal de Turnitin, sino que el uso de la herramienta se realiza a través de la institución educativa (por ejemplo, cuando entregas tu trabajo a través de la plataforma de la universidad, esta lo pasa por Turnitin). En resumen, Turnitin es uno de los sistemas antiplagio más exactos del mercado y el preferido en el ámbito universitario, gracias a su amplia base de datos y algoritmos avanzados para detectar coincidencias de texto.
¿Cómo funciona Turnitin?
El funcionamiento de Turnitin se puede resumir en tres grandes pasos: subida del documento, comparación con bases de datos y generación del informe de originalidad. A continuación describimos el proceso típico:
Entrega o subida del trabajo: El profesor (o en algunos casos el propio estudiante, según la configuración) sube el documento a la plataforma Turnitin. Esto suele hacerse a través del entorno virtual de aprendizaje de la universidad (como Moodle, Blackboard u otra plataforma integrada con Turnitin). El archivo puede ser en formato Word, PDF u otros formatos de texto admitidos.
Comparación con la base de datos: Una vez cargado, Turnitin escanea el texto completamente y lo compara contra su extensa base de datos en busca de similitudes. ¿Qué hay en esa base de datos? Incluye miles de millones de páginas web (tanto páginas de Internet abiertas como contenido académico), publicaciones científicas, artículos, libros digitalizados, trabajos académicos de estudiantes previamente entregados en universidades de todo el mundo, repositorios institucionales, etc. Gracias a esto, Turnitin puede identificar si partes de tu trabajo ya aparecieron en otro lugar (por ejemplo, en un artículo publicado, en la Wikipedia, en el repositorio de otra universidad, etc.). Incluso es capaz de detectar paráfrasis, no solo copias textuales, ya que puede reconocer cuando un texto ajeno ha sido ligeramente modificado o mezclado de distintas fuentes.
Generación del informe de similitud: Tras la comparación, Turnitin produce un Informe de Originalidad. En este informe aparece un porcentaje de similitud total (por ejemplo, 12%, 45%, etc.), que indica qué parte del texto tiene coincidencias con fuentes en la base de datos. Además, el informe muestra detalladamente cada coincidencia: resalta en el texto los fragmentos encontrados en otras fuentes y proporciona al lado un listado de las fuentes específicas de donde proviene cada coincidencia, ordenadas de mayor a menor porcentaje. Por ejemplo, puede indicar que el 10% del texto coincide con un artículo de cierta revista, otro 5% con una página web específica, etc. El informe también usa un código de colores (verde, amarillo, naranja, rojo) para indicar de un vistazo el rango de similitud: por ejemplo, verde para porcentajes muy bajos y rojo para porcentajes altos.
Es importante entender que Turnitin no determina por sí mismo si algo es plagio o no. La herramienta simplemente señala similitudes; luego corresponde al profesor o evaluador interpretar ese informe y juzgar si esas coincidencias constituyen plagio o son aceptables. Un porcentaje alto no siempre significa plagio deliberado, y un porcentaje bajo no garantiza que el trabajo sea íntegramente original (veremos más sobre esto más adelante). De hecho, la propia guía de Turnitin para docentes advierte que el reporte de similitud no puede interpretarse como señal inequívoca de plagio y requiere un análisis detallado por parte del profesor. Por ejemplo, es posible tener un 20% de similitud que proviene mayormente de citas correctamente referenciadas o del título de la bibliografía, lo cual no sería un plagio real. Por eso, el docente suele revisar cada coincidencia para ver su naturaleza: si la frase está citada y entre comillas, si es un término de uso común, si es inevitable (por ejemplo, el enunciado de una ley), etc., o si realmente es un párrafo copiado sin citar.
¿Qué pasa con el documento después del análisis? Normalmente, salvo que se configure lo contrario, el documento analizado queda almacenado en la base de datos de Turnitin. Esto se hace para que, en el futuro, si alguien más intenta entregar un trabajo igual o muy parecido al tuyo, Turnitin lo detecte comparando contra tu trabajo previo. Es decir, tu TFG/tesis queda como parte del cuerpo de textos contra el que se compararán entregas posteriores (no es público ni aparece en Internet, pero Turnitin lo guarda internamente). Ten en cuenta que si luego intentas entregar el mismo trabajo en otra plataforma o universidad, te daría un 100% de coincidencia contigo mismo (lo que se llamaría autoplagio).
En resumen, Turnitin funciona como un “gran juez de similitudes textuales”: subes el texto, lo compara con millones de fuentes, y te indica qué tan original es tu contenido en términos de coincidencia literal o muy cercana con textos ya existentes. En la siguiente sección veremos cómo se está usando esta herramienta en las universidades españolas específicamente.
¿Cómo usan Turnitin las universidades españolas?
En España, la adopción de Turnitin en el ámbito universitario ha crecido enormemente en la última década. ¡Más del 70% de las universidades españolas utilizan Turnitin!. Este dato, citado por el propio gerente de Turnitin para España y Portugal, muestra que la gran mayoría de instituciones académicas del país colaboran con Turnitin y disponen de esta herramienta para revisar trabajos de sus alumnos. Aunque no existe una ley que obligue a las universidades a tener un sistema antiplagio, en la práctica cada vez más centros lo implementan en sus reglamentos internos, especialmente después de algunos sonados casos de plagio que generaron polémica en el pasado.
Veamos cómo se integra Turnitin en la dinámica universitaria española:
Revisión de TFG, TFM y tesis: En muchas universidades públicas y privadas de España, es obligatorio que los Trabajos de Fin de Grado (TFG), Trabajos de Fin de Máster (TFM) y las tesis doctorales pasen por un control de plagio con Turnitin u otro software similar antes de ser evaluados. Esto suele estar estipulado en las normativas académicas. Por ejemplo, algunas universidades requieren que el tutor o director del trabajo genere un informe Turnitin y lo adjunte al resto de la documentación cuando el estudiante solicita defender su TFG/TFM. Otras incluso piden que el alumno entregue su trabajo a través de una plataforma habilitada con Turnitin para que el propio sistema registre la similitud.
Integración en plataformas virtuales: Turnitin se integra fácilmente con los LMS (Learning Management Systems) que usan las universidades (como Moodle, Canvas, etc.). De este modo, cuando un estudiante sube una tarea o proyecto en el campus virtual, el profesor puede activar la opción de comprobación de originalidad. En la práctica, esto significa que en el momento de la entrega digital, el documento se envía automáticamente a Turnitin y el profesor recibe el informe de similitud asociado. La experiencia para el estudiante puede ser transparente (quizá ni se entere de que su trabajo pasó por Turnitin, salvo que le informen el resultado).
Políticas y umbrales: Cada universidad española puede tener políticas distintas respecto a qué hacer con los resultados de Turnitin. Algunas instituciones fijan un porcentaje umbral (por ejemplo, si el informe arroja más de 20% de similitud, se investiga en detalle). Otras son más tajantes y consideran cero plagio tolerable, revisando incluso similitudes mínimas. En general, cualquier coincidencia con fuentes no citadas se toma muy en serio. Muchas universidades incluyen en las guías para TFG/TFM indicaciones como: “el trabajo debe ser original y podrá ser sometido a control antiplagio; la detección de plagio puede conllevar la calificación de suspenso y posibles medidas disciplinarias”.
Comunicación con el estudiante: En algunos casos, el estudiante no llega a ver nunca su informe Turnitin a menos que lo solicite. Por lo común, es el profesor o tribunal quien recibe el informe y, solo si hay problemas, se pone en contacto con el alumno. Sin embargo, hay universidades que tienen políticas más educativas, permitiendo al alumno acceder a un pre-informe. Por ejemplo, ciertas facultades habilitan una entrega de borrador opcional en Turnitin para que el estudiante pueda autoevaluar la originalidad de su trabajo antes de la entrega definitiva. Esto es muy útil pedagógicamente, pues el alumno puede corregir citas mal hechas o parafraseos inadecuados detectados por el software antes de la calificación final. Si tu universidad ofrece esta posibilidad, ¡aprovéchala! Revisar tu propio trabajo con Turnitin antes de entregarlo te dará la oportunidad de subsanar despistes.
Colaboración interuniversitaria: Un detalle interesante es que Turnitin permite a las universidades compartir sus repositorios de trabajos. Es decir, si la Universidad X tiene en Turnitin todos los TFG de años anteriores y decide compartirlos con la comunidad, entonces la Universidad Y al pasar un trabajo por Turnitin podrá detectar coincidencias con uno de la Universidad X. En España, muchas universidades comparten estos datos a través de Turnitin (aunque no todas; algunas pueden mantener repositorios cerrados solo a nivel interno). Esto significa que, por ejemplo, si un estudiante de una universidad intenta “reciclar” un TFG de otra universidad, Turnitin lo puede pescar siempre que esa otra universidad lo haya subido y compartido previamente.
En resumen, en España Turnitin se ha vuelto casi omnipresente en la educación superior. Más allá de la herramienta en sí, su uso está enmarcado en una conciencia creciente sobre la integridad académica. De hecho, desde 2022 está en vigor la Ley de Convivencia Universitaria, que pone énfasis en la prevención del plagio y promueve medidas formativas en lugar de solo punitivas. Turnitin encaja en esta filosofía como un medio para educar en la honestidad académica. Como dijo el representante de Turnitin Lluís Val, “la educación superior española está poniendo más énfasis que nunca en la integridad académica… Esta nueva ley apuesta por medidas preventivas y formativas para ayudar a los estudiantes a desarrollar habilidades de pensamiento original”. Es decir, se trata no solo de “cazar” plagios, sino de enseñar a no plagiar.
Cómo evitar el plagio en tu TFG, TFM o tesis doctoral
La mejor forma de superar sin problemas un control antiplagio es, sin rodeos, no cometer plagio desde el principio. Puede sonar obvio, pero a veces incluso sin mala intención puedes incurrir en coincidencias que Turnitin marcará. Por eso, es esencial que durante la elaboración de tu trabajo tengas buenas prácticas de investigación y redacción que garanticen la originalidad. A continuación, te damos varios consejos prácticos para evitar el plagio en tu TFG, TFM o tesis:
Planifica tu trabajo y toma notas cuidadosas: Cuando estés investigando para tu proyecto, lleva un registro claro de las fuentes que consultas y de las ideas que extraes de cada una. Si copias fragmentos textuales en tus apuntes, márcalos con comillas o indícalo, para que luego recuerdes que eso es una cita y no tu redacción original. Una organización rigurosa de tus notas previene plagios accidentales (por ejemplo, pegar un párrafo de tu fuente en el borrador pensando que lo habías escrito tú).
Cita siempre tus fuentes: Toda vez que incorpores en tu texto una idea, dato o frase que no es de tu autoría, debes atribuirla a su fuente. Esto puede hacerse de dos formas principales: con citas directas (copiando tal cual el fragmento entre comillas y añadiendo la referencia) o con paráfrasis (explicando la idea con tus propias palabras y citando al autor original). En ambos casos, proporciona la referencia bibliográfica según las normas que te exija tu universidad (APA, IEEE, Vancouver, etc.). Un error común es pensar que solo hace falta citar si es textual; ¡no! También cuando parafraseas debes dar crédito al autor. Si no citas, estarás cometiendo plagio aunque hayas cambiado las palabras.
No abuses de las citas textuales: Utiliza citas directas solo cuando sea realmente necesario (por ejemplo, definiciones clave, frases célebres o evidencia que debas mostrar tal cual). Si llenas tu trabajo de párrafos enteros copiados entre comillas, Turnitin los marcará todos como coincidencia y, aunque no sea plagio porque tienen referencia, tu porcentaje de similitud será altísimo y mal visto. Es preferible demostrar capacidad de síntesis y redacción propia. Cita lo justo y necesario, y el resto exprésalo con tus palabras entendiendo bien la fuente.
Parafrasea correctamente: La paráfrasis significa decir con tus propias palabras lo que otra fuente expresó, sin copiar estructura ni frases literales. Es un arte: debes reformular completamente, cambiar el orden de ideas, usar sinónimos y tu propio estilo. Si solo cambias un par de palabras o el orden de la oración original, Turnitin probablemente lo detecte igual porque identifica cuando un texto se basa en otro aunque esté algo modificado. Una buena técnica es leer la fuente, cerrar el libro o página, explicar oralmente con tus palabras la idea, y luego escribir esa explicación citando al autor. Así te aseguras de no estar mirando el texto original palabra por palabra. Y por supuesto, aunque la frase sea tuya, pon la referencia del autor original porque la idea provino de él.
Evita recurrir a “trucos” dudosos: En internet circulan supuestos trucos para burlar detectores de plagio (como reemplazar letras por caracteres especiales, traducir y retraducir textos, usar sinónimos automáticos, etc.). Estos atajos no solo son éticamente reprobables, sino que muchos no funcionan y pueden empeorar las cosas. Por ejemplo, traducir un texto del inglés al español puede engañar a Turnitin porque la redacción cambia, pero el contenido seguirá siendo plagiado y si tu profesor lo sospecha, puede descubrirlo fácilmente buscándolo en inglés. Además, cada vez más herramientas (incluido Turnitin) mejoran para detectar estas artimañas. Lo mejor es no intentar “engañar” al software, sino hacer un trabajo honesto. Si te descubren intentando burlar el sistema, las consecuencias académicas serán severas.
Utiliza herramientas de control antiplagio en borradores: Antes de entregar tu versión final, es muy recomendable pasar tu documento por algún detector de plagio para ver si marca algo. Como estudiante, puede que no tengas acceso directo a Turnitin, pero existen alternativas:
Algunas universidades proporcionan a los estudiantes acceso a un detector (puede ser el propio Turnitin en modo estudiante, o softwares gratuitos recomendados por la biblioteca). Infórmate si tu centro lo ofrece.
Hay detectores de plagio en línea gratuitos con los que puedes hacer una comprobación básica. Ojo: los gratuitos (SmallSeoTools, Plagiarism Detector, etc.) no son tan potentes como Turnitin, pero te pueden dar una idea si algún párrafo coincide con alguna web conocida. Úsalos con precaución y nunca pegues tu trabajo completo en sitios dudosos (podrías exponer tu contenido).
También puedes optar por servicios profesionales de revisión antiplagio. Por ejemplo, en TFGonline revisamos tu texto con Turnitin antes de la entrega. Esto te brinda un informe confiable de similitud sin tener que pagar una costosa licencia individual ni arriesgarte con herramientas de baja calidad. Saber el resultado de Turnitin de antemano te da tranquilidad para corregir lo necesario.
Gestiona bien las referencias bibliográficas: Un apartado descuidado a veces es la bibliografía. Asegúrate de listar todas las fuentes que citaste en el texto. Si usaste ideas de una fuente y no la incluyes en la bibliografía final, eso puede considerarse plagio por omisión. Mantén un registro de referencias mientras escribes para no olvidar ninguna al final.
Aporta tu propio análisis: Procura que tu trabajo tenga más contenido original tuyo (análisis, discusión, propuestas) que mero refrito de otros. Si bien un TFG o tesis requiere investigar lo que otros han dicho, también se espera ver tu aportación. Un trabajo con mucha voz propia tiende a tener menos riesgo de plagio (porque estás generando texto nuevo desde tu pensamiento). Equilibra las citas de otros con suficiente elaboración propia.
Siguiendo estos consejos, minimizarás mucho las posibilidades de plagio. En esencia: investiga, comprende, cita y escribe con tus palabras. Así, cuando pases tu trabajo por Turnitin, obtendrás un resultado tranquilo. Y recuerda: la mejor manera de evitar el plagio es no cometerlo desde el inicio, siendo honesto en tu trabajo académico.
¿Qué detecta exactamente Turnitin? (Tipos de plagio y coincidencias)
Como mencionamos, Turnitin busca coincidencias textuales entre tu documento y su base de datos. Conviene aclarar qué tipo de “plagio” puede detectar y qué no. A continuación describimos las principales situaciones que Turnitin identifica en un informe de similitud:
Plagio directo (copia literal): Es el caso más evidente. Si has copiado y pegado partes de otra fuente tal cual, Turnitin casi con total seguridad lo va a detectar. En el informe aparecerá el fragmento plagiado resaltado y la fuente original de donde proviene (sea una web, un artículo PDF, otro trabajo, etc.). Detecta incluso frases cortas exactas; por ejemplo, copiar dos oraciones de Wikipedia sin cita aparecerá como coincidencia con la página de Wikipedia correspondiente. Este es el plagio más flagrante y el que nunca debes cometer.
Plagio por mezcla de fuentes (mosaic plagiarism): Ocurre cuando construyes tu texto combinando trozos de distintas fuentes, aunque no copies párrafos enteros. Por ejemplo, tomas una frase de un artículo, luego otra frase de otra fuente, etc., y las unes. A ojos humanos puede parecer “menos obvio” que un copia-pega largo, pero Turnitin igualmente lo detecta: señalará cada fragmento con su fuente correspondiente. Muchas veces los estudiantes incurren en esto sin darse cuenta, pensando que al tomar pequeños fragmentos de varios lugares no será tan grave. La realidad es que sigue siendo plagio y la herramienta lo reconoce cuando se forman ese tipo de “collage” de textos.
Plagio con paráfrasis superficial: Si tomas contenido de una o varias fuentes y simplemente le cambias algunas palabras por sinónimos, alteras un poco el orden pero conservas la esencia de las oraciones originales, Turnitin lo marcará también. Sus algoritmos pueden identificar cuando una frase es muy similar a otra aunque no sea idéntica carácter por carácter. De hecho, Turnitin es capaz de detectar parafraseos cuando se hacen de forma mecánica. Por ejemplo, el sistema reconoce estructuras: si el texto “La proliferación de información en la era digital ha facilitado el plagio” aparece en tu trabajo como “La abundancia de información en la era digital ha hecho más fácil el plagio”, es muy probable que Turnitin lo considere coincidencia con la fuente original, porque prácticamente solo cambiaste un par de palabras. Para el software, la similitud seguirá siendo alta. En resumen, la “mala paráfrasis” (aquella que sigue demasiado de cerca al texto fuente) sí la detecta. ¿Significa que Turnitin detecta cualquier paráfrasis? No, si realmente reformulas profundamente y no usas el mismo orden ni palabras clave, es posible que no lo vincule. Pero lograr eso requiere esfuerzo y comprensión real del tema (por eso recalcamos antes cómo parafrasear correctamente).
Coincidencias por citas y bibliografía: Un detalle importante: Turnitin marcará como coincidencia también el texto que esté citado correctamente, las referencias bibliográficas e incluso frases comunes. Por ejemplo, si en tu tesis incluiste el párrafo de un libro entre comillas y con su cita, Turnitin igual lo va a subrayar y enlazar con la fuente (porque obviamente coincide, aunque esté citada). O si en la bibliografía tienes referencias que también alguien más tuvo, las detectará (muchos trabajos comparten referencias estándar). Esto no se considera plagio por parte del profesor siempre y cuando esté bien citado, pero suma en el porcentaje. Los docentes suelen ajustar el informe excluyendo las bibliografías y las citas entre comillas para recalcular un porcentaje real de plagio. La herramienta tiene opciones para filtrar esas coincidencias justificadas. Así que no te alarmes si ves que Turnitin te marca cosas que tú sabes que citaste bien; probablemente el profesor las descarte en su análisis. Sin embargo, no intentes escudar plagio real dentro de citas: algunos creen que poniendo comillas y referencia a todo solucionan el problema, pero entregar un trabajo que es un mosaico de citas de otros, aunque estén entrecomilladas, no cumple con la exigencia de originalidad intelectual (podría no ser plagio formal, pero te pueden suspender igual por falta de aportación propia).
Autoplagio (reutilización de tu propio trabajo): Si reutilizas material que tú mismo has entregado previamente (por ejemplo, reciclar partes de un trabajo de una asignatura en tu TFG, o entre dos TFG si alguien hace dos carreras), Turnitin lo detectará si ese trabajo anterior está en la base de datos. Esto suele ocurrir si anteriormente subiste ese texto a la plataforma de la universidad. Muchos alumnos desconocen que plagiarse a uno mismo también es una falta si no se avisa, especialmente cuando se presenta como trabajo original algo ya presentado en otro contexto. Si necesitas reutilizar resultados o textos tuyos anteriores, lo más honesto es hablar con tu tutor, pedir permiso y citar tu trabajo previo como cualquier otra fuente. Técnicamente, Turnitin lo marca igual que cualquier plagio (aparecerá como coincidencia con tu entrega anterior). Algunos profesores, al ver que coincide con el mismo autor (tú), podrían considerarlo menos grave pero en la mayoría de casos sigue sin ser aceptable sin aprobación. La idea es que cada trabajo académico nuevo debe ser original incluso respecto a tus propios escritos anteriores.
Contenido de inteligencia artificial (IA): Este es un punto especial y lo trataremos en detalle en la siguiente sección. Adelantamos que el texto generado íntegramente por herramientas como ChatGPT no es plagio en el sentido tradicional (pues no proviene de una fuente publicada), por lo que no aparece como coincidencia en el informe de Turnitin salvo que contenga frases que curiosamente coincidan con otros textos. No obstante, Turnitin ha desarrollado un detector específico de texto de IA, separado del índice de similitud normal. Así que, aunque en el porcentaje de plagio salga 0%, el profesor podría ver un indicador de que “X% del texto parece escrito por IA”. Esto lo explicamos a continuación.
Entonces, qué NO detecta Turnitin: Turnitin no es capaz de detectar ideas robadas si no hay similitud textual. Por ejemplo, si lees un artículo y luego escribes la misma idea con otras palabras totalmente distintas, eso es plagio intelectual, pero Turnitin no tendría forma de saberlo porque tu redacción es original. Ahí entra la pericia del profesor para detectar plagio de ideas o estructura argumental. Tampoco detecta cosas como plagio de imágenes, tablas, gráficos (si alguien copia una imagen de otro trabajo, Turnitin no la lee, a menos que tenga texto alternativo coincidente). Y como mencionamos, no detecta plagio de traducción de forma eficaz: si copias un texto en inglés y lo traduces al español, Turnitin difícilmente lo marcará, porque la cadena de texto en español no coincide literalmente con la fuente inglesa (por ahora Turnitin no tiene una función robusta de ver coincidencias entre distintos idiomas). Sin embargo, esto no es carta blanca para hacerlo — es un engaño que constituye plagio y, si se sospecha, puede descubrirse por otros medios (por ejemplo, profesores bilingües que reconozcan la fuente original).
En resumen, Turnitin detecta plagio textual en sus múltiples formas: copias exactas, fragmentos dispersos, paráfrasis pobres, reuso de texto propio anterior, etc., siempre que pueda comparar contra algo en su base de datos. No “lee entendiendo” el contenido, así que no sabe si una idea la tomaste sin citar si la escribiste completamente diferente. Pero la gran mayoría de plagios dejan un rastro de texto similar, y ahí es donde Turnitin brilla encontrándolo.
¿Cómo detecta Turnitin ChatGPT?
Con la llegada de herramientas de inteligencia artificial generativa como ChatGPT, surgió la inquietud de si Turnitin podría identificar textos que, aunque no sean copiados de una fuente publicada, han sido generados por una IA en lugar de escritos genuinamente por un estudiante. En otras palabras, ¿puede Turnitin detectar que un contenido lo escribió ChatGPT u otra IA? Esta pregunta se ha vuelto muy común en 2023-2024, y la respuesta tiene dos matices importantes:
1. Detección por similitud con fuentes conocidas: En principio, si el texto generado por ChatGPT contiene frases o secciones que resultan haber aparecido exactamente igual en Internet o en publicaciones (por pura casualidad o porque la IA las “copió” de su entrenamiento), Turnitin lo detectaría como plagio normal. Pero lo habitual es que ChatGPT produzca texto original en su redacción, por lo que no habría ninguna coincidencia en la base de datos de Turnitin. Esto significa que, si entregas un ensayo escrito enteramente por ChatGPT, es probable que el porcentaje de similitud en Turnitin salga muy bajo (o 0% en el mejor de los casos), porque no coincide literalmente con nada existente publicado. A simple vista, Turnitin diría “ningún plagio encontrado”. Ojo: Esto no quiere decir que estés a salvo, porque ahora entra el segundo matiz.
2. Detección mediante el algoritmo de IA de Turnitin: Conscientes de esta nueva forma de trampa académica, los desarrolladores de Turnitin lanzaron en 2023 un detector de escritura generada por IA. Es una funcionalidad integrada en la plataforma que analiza patrones lingüísticos del texto para determinar si probablemente fue escrito por una IA como ChatGPT. Turnitin entrenó un modelo de inteligencia artificial que distingue entre texto humano y texto de modelos de lenguaje, basado en características sutiles de la redacción (por ejemplo, la uniformidad en la longitud de oraciones, la riqueza de vocabulario, la aleatoriedad vs. previsibilidad de ciertas construcciones, etc.). Cuando se activa, el sistema revisa tu documento tras la comparación de plagio tradicional, y produce un porcentaje estimado de cuánto del texto parece generado por IA.
Entonces, ¿cómo detecta Turnitin a ChatGPT?
En resumen: a través de su detector especializado de IA. Este detector evalúa cada oración de tu trabajo y le asigna una puntuación de “certeza” de ser escrita por una IA. Solo cuando tiene altísima confianza (un 98% de certeza) marca ese segmento como “AI-written”. De hecho, Turnitin ha indicado que solo marca un texto como generado por IA cuando está 98% seguro, manteniendo así bajo el riesgo de falsos positivos. Además, para minimizar errores, el sistema suele esperar a que haya al menos un 20% del documento sospechoso para reportarlo, lo que asegura menos del 1% de falsos positivos en documentos largos. Por ejemplo, si Turnitin muestra que “el 40% del texto fue generado por AI”, significa que está 98% seguro de que ese 40% es obra de una máquina.
A efectos prácticos, en el informe de Turnitin el profesor verá un indicador aparte (diferente al porcentaje de similitud). Ese indicador podría decir algo como “AI writing detectado: 50%“. Turnitin también suele destacar las frases o párrafos que considera escritos por IA. Es importante recalcar que esta detección de IA es relativamente nueva y puede no ser 100% infalible. Está en constante mejora, pero universidades y expertos aconsejan usarla con cautela. De hecho, muchas instituciones toman el resultado del detector de IA solo como una pista, no como prueba absoluta de trampa. Si un trabajo obtiene un porcentaje alto de posible IA, probablemente el profesor investigue más: por ejemplo, puede llamar al estudiante a explicar su trabajo en detalle, o pedirle que haga una defensa oral para verificar su autoría.
¿Y qué hay de ChatGPT específicamente? ChatGPT es uno de los modelos de IA más comunes que los estudiantes podrían usar. Turnitin afirma que su detector está entrenado precisamente con textos de modelos como GPT-3, GPT-3.5 (el de ChatGPT) y GPT-4, por lo que sí, identifica texto de ChatGPT. De hecho, en pruebas realizadas, Turnitin logró detectar la gran mayoría de redacciones generadas por ChatGPTquora.com. Así que la recomendación es clara: no intentes presentar un texto hecho por ChatGPT como si fuera tuyo, creyendo que Turnitin no lo pillará porque no es “plagio” clásico. Las probabilidades de que se note son altas. Y aunque Turnitin no lo detectase por alguna razón, un profesor experimentado podría sospecharlo por el estilo impersonal o porque la IA a veces comete errores factuales curiosos.
En conclusión, Turnitin puede detectar contenido de ChatGPT. Lo hace no porque tenga almacenado el texto (pues ChatGPT genera contenido nuevo), sino analizando la huella digital que deja la IA en la escritura. Si el detector de IA está habilitado (y casi todas las instituciones lo han habilitado desde 2023), tu profesor verá un informe indicando la proporción de texto posiblemente generado automáticamente. Este resultado será usado como indicio para investigar; no te acusarán formalmente solo por eso sin una revisión adicional, pero desde luego levantarás sospechas fuertes. La lección es que apoyarse en herramientas como ChatGPT para “hacer trampa” en un trabajo académico es muy arriesgado e incompatible con la integridad académica. Es mejor usar la IA solo como ayuda para ideas o para mejorar redacción, no para generar el contenido que presentarás como propio. Recuerda que, al final, defenderás tu trabajo y tendrás que demostrar que lo entiendes y lo realizaste tú.
Casos prácticos de uso de Turnitin
Para entender mejor cómo funciona Turnitin en situaciones reales, veamos algunos casos prácticos hipotéticos. Estos ejemplos ilustran qué puede ocurrir al utilizar Turnitin, tanto para bien como para mal, en el contexto de trabajos universitarios. (Nota: son casos ficticios, sin referencias a personas reales.)
Caso 1: Estudiante precavido que revisa su borrador
Marta está terminando su Trabajo de Fin de Grado. Ha sido muy cuidadosa con las citas, pero quiere estar 100% segura de que no haya ningún despiste. Su universidad no le ofrece acceso directo a Turnitin, así que decide usar un servicio profesional para revisar su borrador. Contacta con TFGonline, donde reciben su documento y lo pasan por Turnitin. Obtiene un informe de similitud del 18%, donde la mayoría de coincidencias son de citas textuales bien referenciadas y títulos de obras en su bibliografía. Sin embargo, Turnitin también señala un párrafo con 3% de similitud a un blog desconocido. Marta revisa ese fragmento y se da cuenta de que, sin querer, su redacción al explicar cierto concepto había quedado demasiado parecida a la de aquel blog que consultó. Aprovecha esta información para reformular completamente ese párrafo con sus propias palabras y añadir una cita que había olvidado. Tras la corrección, vuelve a comprobar y el informe baja al 12% con ninguna coincidencia problemática. Ahora Marta entrega su TFG con tranquilidad, sabiendo que ha tomado todas las medidas para que sea original. Efectivamente, cuando los profesores lo revisan, no encuentran plagio alguno. Marta aprueba con nota y valora el haber usado Turnitin como una herramienta preventiva a su favor.
Moraleja: Turnitin no es solo para “cazar” plagios, también puede ser un aliado del estudiante proactivo. Si tienes oportunidad de revisar tu trabajo antes de entregarlo (sea mediante un profesor, un servicio como el de TFGonline, o herramientas fiables), podrás detectar y corregir a tiempo coincidencias inesperadas.
Caso 2: Plagio detectado y sus consecuencias
Juan presenta su TFM un poco a las prisas. Copió y pegó varios fragmentos de artículos científicos sin citar porque pensó que el tutor no los conocería. Al entregar el PDF en la plataforma de la universidad, automáticamente se genera un informe Turnitin del 35% de similitud. En el informe se ve claramente que hay párrafos enteros sacados de dos fuentes: un 20% de un artículo en inglés de 2015 y otro 10% de la introducción de una tesis disponible en un repositorio institucional. El tutor de Juan, al ver esto, le comunica que hay un problema grave. Le da la oportunidad de explicar por qué aparecen esas coincidencias. Juan no sabe qué decir; intenta alegar que “se le olvidó comillar” y que “el porcentaje no es tan alto”. Sin embargo, la evidencia es contundente: son plagios deliberados sin referenciar. Según las normas de la universidad, cualquier plagio detectado en un TFM implica suspender la asignatura. El caso de Juan es remitido a la comisión de evaluación, que confirma la sanción: su TFM es calificado con un suspenso (0) y debe rehacerlo para el próximo curso si quiere obtener el título. Además, queda una nota en su expediente advirtiendo de este incidente. Juan pierde tiempo, dinero y se gana una reputación negativa, todo por intentar atajar usando plagio.
Moraleja: Turnitin descubre incluso plagios que crees ocultos. Copiar párrafos de fuentes académicas (aunque estén en otro idioma o no sean fácilmente accesibles) te va a delatar. Las consecuencias académicas del plagio suelen ser serias: desde repetir la asignatura hasta posibles expedientes disciplinarios en casos graves o reiterados. Es preferible entregar un trabajo modesto pero propio, que arriesgarse con un plagio y arruinar tu carrera.
Caso 3: Texto generado por IA bajo sospecha
Laura escribió su trabajo final apoyándose fuertemente en ChatGPT para ganar tiempo. Básicamente, fue pidiendo a la IA que desarrollara cada apartado y luego ella hizo ligeras modificaciones. No plagió de fuentes directamente, así que su texto pasó casi limpio en cuanto a similitud (apenas un 5% por frases comunes). Sin embargo, cuando su tutor recibe el informe, ve otro dato preocupante: Turnitin indica “80% de texto posiblemente generado por IA”. Varios párrafos aparecen marcados como escritos por inteligencia artificial. El tutor, desconfiando de la autenticidad del trabajo, convoca a Laura a una reunión. Le pide que le cuente en profundidad cómo realizó la investigación, que explique algunas secciones teóricas sin mirar el texto, e incluso le plantea pequeñas modificaciones para que las redacte en vivo. Laura se pone nerviosa y no puede defender con claridad ciertas partes del documento (porque en realidad no las escribió ella ni las entiende a fondo, las hizo la IA). Ante la falta de claridad en sus explicaciones, el tutor eleva el caso al tribunal evaluador. Finalmente, aunque no hay “plagio” tradicional, determinan que hay indicios suficientes de falta de autoría original. Laura suspende su trabajo, con la indicación de que debe reescribirlo y esta vez demostrar aportación propia. Pierde la convocatoria y aprende por las malas que apoyarse totalmente en ChatGPT equivale a hacer trampa.
Moraleja: Usar IA para generar tu trabajo es riesgado e inético. Turnitin y los profesores pueden detectarlo y, aunque no te acusen de plagio, sí de falta de integridad académica. Muchos centros ya consideran la autoría asistida por IA sin declarar como una forma de fraude. Si utilizas herramientas como ChatGPT, sé transparente con tu tutor y nunca presentes texto que no sea de tu puño y letra como si lo fuera.
Estos casos muestran diferentes caras de Turnitin: como ayuda preventiva, como juez implacable contra el plagio, y como detector de nuevas formas de deshonestidad académica. Lo importante es que tú estés siempre del lado correcto: utiliza Turnitin como apoyo, no como obstáculo, y no des motivos para que un informe desfavorable arruine tu esfuerzo académico.
Implicaciones éticas del uso de Turnitin y la IA generativa
El uso de Turnitin en el entorno universitario no está exento de consideraciones éticas y debates. A continuación, reflexionamos sobre algunas implicaciones importantes:
Fomentar la integridad vs. fomentar el miedo: Una crítica que a veces se hace a herramientas como Turnitin es que podrían promover una cultura de “miedo al porcentaje” en lugar de un genuino amor por la honestidad académica. Si un estudiante solo se preocupa de “pasar bajo el radar del 10%”, podría estar pensando en cómo burlar al software en vez de en realmente hacer un trabajo original por convicción. Es fundamental que tanto docentes como alumnos entiendan que Turnitin es un medio, no el fin. El objetivo es fomentar la integridad académica y el aprendizaje auténtico, no jugar al gato y al ratón con el algoritmo. Por eso, las universidades deberían acompañar la implementación de Turnitin con educación sobre ética académica, correcta citación, etc., para que los estudiantes comprendan por qué es importante no plagiar, más allá de “porque te pillan”.
Privacidad y propiedad intelectual de los estudiantes: Cuando subes tu trabajo a Turnitin, efectivamente estás permitiendo que se almacene en sus servidores. Algunos han expresado preocupación sobre qué pasa con esos textos almacenados. En teoría, quedan en una base de datos segura y solo se usan con fines de comparación antiplagio. Turnitin no publica tu trabajo ni se lo entrega a terceros (no pierdes la autoría). No obstante, ha habido debates sobre si un estudiante debería tener derecho a negar que su obra se agregue al repositorio global. En la práctica, al estar matriculado, aceptas las normas de la universidad, y casi todas incluyen esa cesión para control de plagio. Desde un punto de vista ético, las universidades deben asegurarse de que los estudiantes estén informados de este proceso (por transparencia) y que los datos estén protegidos. Turnitin ha sido criticado en el pasado, pero hasta el momento se mantiene como un sistema confiable en términos de seguridad de la información.
False sense of security: Otra implicación ética es la confianza ciega en la herramienta. Ni profesores ni alumnos deberían pensar que Turnitin es infalible o que sustituye el criterio humano. Como vimos, Turnitin puede no detectar plagios de ideas, traducciones, o puede marcar falsos positivos (texto propio citado, coincidencias triviales). Un docente responsable no debe acusar a un estudiante únicamente por un porcentaje sin analizar el informe y sin escuchar al alumno. Y un estudiante tampoco debe asumir que por tener “un 0%” ya automáticamente está todo bien – podría haber plagiado ideas enteras sin copiar palabras y aunque Turnitin dé verde, sigue siendo plagio intelectual. En resumen, hay que usar Turnitin con juicio crítico. De hecho, muchas universidades indican que los resultados de Turnitin son indicativos y requieren verificación. Es similar a cómo los detectores de IA no son prueba absoluta, sino un indicio que puede llevar a indagar más.
El papel de la IA en la educación: Hablando de IA, la irrupción de ChatGPT y compañía plantea un desafío ético amplio: ¿hasta qué punto es aceptable usar IA para aprender o para generar contenido en la educación? Esto va más allá de Turnitin, pero le atañe en cuanto a la detección. Algunos argumentan que prohibir totalmente el uso de IA es inútil y que más bien se debería enseñar a usarla correctamente (por ejemplo, como ayuda para idear, nunca para plagiar). Turnitin, al incluir un detector de IA, ha entrado en ese debate. ¿Está bien que “espíe” si tu texto lo pudo haber hecho una máquina? Para muchos docentes sí, porque mantener la integridad lo amerita. Sin embargo, otros advierten que los detectores de IA podrían estigmatizar a estudiantes que escriben de forma impecable (y tal vez su estilo parezca “demasiado perfecto” y salte como IA sin serlo). Afortunadamente, estudios iniciales de Turnitin indican que su detector no presenta sesgos significativos que perjudiquen injustamente a ciertos grupos. Aun así, se insiste en que nunca se sancione a un estudiante únicamente basándose en la predicción de una herramienta de IA sin evidencias adicionales.
Servicios de apoyo académico y ética: Muchas empresas (como nosotros en TFGonline, Gabinete de Estudios, etc.) ofrecen servicios para ayudar en TFG, TFM y tesis. Aquí también hay consideraciones éticas. ¿Es lícito “encargar” un TFG a un tercero? Las universidades obviamente lo prohíben, porque se supone que el trabajo final refleja la capacidad del estudiante. Nosotros en TFGonline abordamos este servicio con un código ético: proveemos asistencia, orientación y redacción original como apoyo, pero siempre animando al estudiante a involucrarse y aprender del proceso. La línea ética puede ser gris, pero al menos nos aseguramos de que cualquier ayuda brindada sea 100% original (sin plagio) y de calidad, para no incurrir además en la falta de plagiar. En última instancia, queda en la conciencia de cada estudiante hacer un uso responsable de estas ayudas. Lo cierto es que la presión académica a veces lleva a malas decisiones (plagio, trampas, etc.), y es preferible que un alumno agobiado busque ayuda legítima antes que plagiar o dejarse tentar por soluciones fraudulentas. En ese sentido, servicios de redacción profesional sin plagio pueden prevenir males mayores, aunque la discusión ética sobre la autoría siga abierta.
Hacia una cultura de integridad académica: La lección más importante es que tanto Turnitin como cualquier herramienta son complementos a la verdadera solución: forjar una cultura de honestidad e integridad. Esto implica que las instituciones enseñen desde temprano qué es plagiar, por qué está mal, cómo citar bien, cómo trabajar con rigor. Implica que los profesores diseñen evaluaciones que fomenten la reflexión original (por ejemplo, trabajos más personalizados, orales de defensa, etc., donde plagiar o usar IA indiscriminadamente no sirva de mucho porque tendrás que demostrar comprensión). E implica que los estudiantes adopten valores de honestidad y se esfuercen por hacer las cosas bien. Turnitin facilita detectar al que no juega limpio, pero lo ideal es que cada vez haya menos casos así porque todos entienden la importancia de no hacer trampa.
En conclusión, desde una perspectiva ética, Turnitin es una herramienta poderosa para mantener la equidad (que nadie obtenga un título copiando el trabajo ajeno). Pero debe usarse con responsabilidad, complementada con educación y transparencia. Y frente a la nueva realidad de la IA, la ética académica se sigue basando en la honestidad: si usas una AI o cualquier recurso, que sea de forma permitida y reconociéndolo. La integridad, al final, recae en las personas, no en las máquinas.
Preguntas frecuentes sobre Turnitin
Finalmente, respondemos a algunas preguntas frecuentes que suelen tener los estudiantes acerca de Turnitin y el plagio. Si aún te queda alguna duda, es posible que aquí encuentres la respuesta rápida que buscas.
¿Cuál es el porcentaje de similitud aceptable en Turnitin?
No existe un porcentaje universal válido para todos los casos, ya que depende de las políticas de cada institución y de la naturaleza del trabajo. En general, las universidades no hablan de “porcentaje de plagio aceptable” porque idealmente ningún plagio es aceptable. Lo que sí se suele considerar es un porcentaje de similitud bajo que indique que prácticamente todo el texto es original o bien citado. Muchos tutores manejan como orientación que un informe por debajo de ~20% es tranquilo, entre 20%-25% requiere revisar detalles, y por encima de 25-30% es preocupante. ¡Pero ojo! Estos números son aproximados y no absolutos. Un trabajo podría tener 5% y ser plagio (imaginemos que ese 5% es un párrafo clave copiado sin citar, eso ya es plagio grave a pesar del número bajo). Y otro podría tener 30% y no ser plagio (por ejemplo, un marco teórico con muchas citas textuales bien puestas).
Lo importante es qué compone ese porcentaje. Si son sobre todo coincidencias de citas, bibliografía o definiciones estándar, los profesores suelen restarle importancia. Si incluso con porcentaje bajo encuentran aunque sea una frase no citada de otro autor, ya habrá problema. Por eso, la recomendación es aspirar siempre al 0% de plagio real, citando todo lo ajeno, y no obsesionarse solo con el número. En resumen: no hay un porcentaje “seguro” universal, pero mientras más bajo sea (especialmente si excluimos las citas), mejor. Consulta las directrices de tu universidad; ante la duda, tu tutor podrá orientarte sobre qué nivel de similitud suelen esperar en tu facultad.
¿Puede Turnitin detectar texto parafraseado o traducido?
Turnitin puede detectar parafraseos si estos mantienen suficiente estructura o palabras clave del original. Como explicamos antes, si solo sustituyes sinónimos o alteras un poco el orden, es muy probable que salte la coincidencia. Turnitin está diseñado para identificar incluso cuando alguien “rejunta” varias fuentes y las reescribe un poco, porque suele haber patrones repetidos. Ahora bien, una paráfrasis bien hecha, con redacción totalmente nueva, podría no ser detectada porque, literalmente, no hay secuencias de palabras iguales a ninguna fuente. Eso sí: aunque Turnitin no lo detecte, sigue siendo plagio si no citas al autor de la idea. En cuanto a traducciones, actualmente Turnitin no compara entre idiomas. Si copias un texto en otro idioma y lo traduces, es muy probable que no aparezca como coincidencia porque las palabras son distintas. Algunos estudiantes han intentado burlar así a Turnitin: traduciendo artículos enteros al español. Es cierto que el software no marcará en rojo el texto traducido, pero reiteramos que eso es plagio igualmente y, si el profesor tiene sospechas, podría identificar la fuente original (sobre todo en trabajos de temas muy investigados donde los docentes conocen la bibliografía internacional). Además, ten en cuenta que plagiar vía traducción infringe la ética académica y muchas universidades lo sancionan igual si se demuestra. En resumen: Turnitin detecta parafraseos “flojos” pero puede pasar por alto traducciones o parafraseos muy elaborados; no por ello dejan de ser prácticas deshonestas.
¿Turnitin detecta contenido generado por ChatGPT u otras IA?
Sí, Turnitin puede detectar texto generado por inteligencia artificial como ChatGPT. Desde 2023, la herramienta incorporó un detector especializado de escritura asistida por IA. Este detector analiza tu escritura en busca de rasgos característicos de la generación automática. Si determina con alta confianza que partes del texto fueron producidas por una IA, se lo indicará al profesor en el informe (con un porcentaje separado del de similitud por plagio). Por ejemplo, podría decir que “50% del texto es probablemente de AI”.
Es importante señalar que este análisis es independiente de la comparación con fuentes: incluso si tu texto no coincide con nada publicado (0% plagio), Turnitin puede señalar que parece escrito por una máquina. La tecnología no es infalible, pero Turnitin afirma tener un nivel de acierto del 98% cuando marca algo como . En la práctica, muchas universidades están usando este indicador solo como alerta, no para acusar directamente, porque saben que puede haber algún margen de error. Si tu trabajo es marcado con alto porcentaje de IA, seguramente tu profesor investigará más a fondo (puede preguntarte detalles, pedirte defender ideas, etc.).
Así que la recomendación es: no dependas de ChatGPT para escribir tus trabajos esperando que Turnitin no lo note. Lo más probable es que lo note. Y aunque no lo hiciera, recuerda que presentar un texto que no es tu propia creación va contra la integridad académica. Es preferible usar las IA de forma ética (por ejemplo, para inspirarte, corregir gramática, mejorar redacción) pero no para que hagan el trabajo por ti.
¿Puedo usar Turnitin por mi cuenta antes de entregar mi trabajo?
Como estudiante, no tienes acceso gratuito individual a Turnitin a menos que tu universidad te lo facilite. Turnitin funciona bajo licencias institucionales, no ofrece cuentas personales tipo “freemium”. Entonces, ¿qué opciones tienes?
Si tu universidad lo permite, pide a tu tutor o a algún profesor que pase tu borrador por Turnitin. En ocasiones, los tutores están dispuestos a hacerlo para ayudar a sus estudiantes a mejorar el trabajo antes de la entrega oficial. No pierdes nada con consultar amablemente.
Algunas bibliotecas o departamentos ofrecen un servicio de revisión antiplagio para estudiantes. Infórmate: quizás puedas enviar tu documento y que te devuelvan el informe. No todas las universidades lo hacen, pero algunas sí (especialmente con tesis de posgrado).
Como comentamos en consejos, puedes utilizar detectores online gratuitos para una idea general, aunque no sean tan completos.
También podrías recurrir a un servicio profesional. Empresas como TFGonline ofrecen la revisión con Turnitin como parte de la asistencia en TFG/TFM. Por un costo, analizarán tu texto y te darán el informe detallado de similitud y asesoría para corregir. Esta vía puede ser útil si realmente quieres la precisión de Turnitin y no tienes manera de acceder por la universidad. Asegúrate eso sí de que sea una empresa seria que no vaya a difundir tu trabajo. En nuestro caso, por ejemplo, garantizamos confidencialidad absoluta y solo usamos el informe para ayudarte a mejorar.
En resumen: directamente por tu cuenta no puedes (no hay un “Turnitin.com, subir archivo y listo” abierto al público), pero indirectamente sí tienes formas de revisarlo: vía universidad, vía detectores alternos, o vía servicios especializados.
¿Qué pasa con mi trabajo una vez que se analiza en Turnitin?
Por lo general, queda almacenado en la base de datos de Turnitin. Esto significa que tu texto se convierte en parte del corpus contra el cual se compararán futuros trabajos en todo el mundo. Si otro estudiante (aunque sea de otro país) plagia una parte de tu TFG en el futuro, Turnitin detectará la coincidencia y señalará tu trabajo como la fuente. Esto suena un poco inquietante, pero es la esencia de crear un repositorio global antiplagio: cada nuevo trabajo original subido ayuda a prevenir plagios futuros.
Ahora bien, debes saber que ese almacenamiento no implica hacer público tu trabajo. Nadie puede entrar a Turnitin y leerlo como si fuera un repositorio abierto. Solo se revelará el contenido si salta como coincidencia en un informe de algún profesor y, aun así, el profesor normalmente ve un extracto y puede solicitar permiso a Turnitin para ver el documento completo si lo necesita. Turnitin tiene acuerdos legales con las instituciones para usar los trabajos solo con fines de detección de similitud. Tu autoría se mantiene; de hecho, si alguien plagia tu trabajo, el profesor de esa persona verá tu nombre o al menos la referencia a tu universidad como la fuente original.
Si por alguna razón no quisieras que tu trabajo se almacenara (por ejemplo, trabajas con datos confidenciales), puedes hablarlo con tu institución. Turnitin tiene modos de análisis donde no guarda el documento en la base de datos permanente (modo “no repository”). Pero esto debe configurarlo la universidad en esa entrega específica; el estudiante individual no lo controla.
En resumen: tras el análisis, tu trabajo normalmente permanece en Turnitin para proteger su originalidad frente a terceros. No se difunde públicamente, solo vive en ese ecosistema privado. Y eso es positivo, ¡tu trabajo pasará a proteger a otros del plagio igual que otros trabajos te protegieron a ti!
¿Cómo interpreto el informe de originalidad de Turnitin?
Cuando tengas frente a ti un informe de Turnitin (ya sea que te lo muestre tu profesor o lo hayas obtenido tú), verás principalmente dos elementos: el porcentaje global de similitud y el detalle de coincidencias por fuente.
Porcentaje global: Aparece destacado, a veces dentro de un círculo o cuadrado de color. Representa qué porcentaje de tu texto coincide con algo en la base de datos. Por ejemplo, 22% significa que algo más de una quinta parte del contenido tiene paralelismos con textos ya existentes. Este porcentaje, como hemos reiterado, debe tomarse con pinzas. Lo primero que debes hacer es preguntar si ese porcentaje incluye bibliografía y citas o no. Muchos profesores filtran esas partes, pero si no lo han hecho, puede inflar el número.
Colores: Turnitin suele usar un código de color (verde, amarillo, naranja, rojo) para indicar rangos. Verde suele ser <20%, amarillo 20-50%, naranja 50-75%, rojo >75% (aproximadamente). Esto es solo indicativo visual; no significa “verde = bien, rojo = suspendido” automáticamente, pero da una idea rápida del nivel de similitud.
Lista de fuentes: En el informe verás enumeradas las fuentes encontradas, con su porcentaje de aporte. Por ejemplo: 1) Revista indexada (12%), 2) tesis Univ. X (8%), 3) Ministerio de Economía (3%). Si haces clic en cada fuente, normalmente puedes ver resaltados en tu texto cuáles fragmentos vienen de ahí. Esta es la parte más útil del informe, pues te permite revisar caso por caso. Si ves que la fuente 1 es Wikipedia con 12%, y resulta que es porque copiaste sin citar un párrafo, ahí tienes un problema claro que resolver. Si la fuente 2 es una tesis con 8% y revisando ves que lo que marcó es el título del capítulo que coincidentemente es similar, o un par de definiciones que ambos trabajos citan de un tercero, eso podría no ser grave. Cada coincidencia hay que evaluarla: ¿Ese texto lo tomé de esa fuente? ¿La cité? ¿No la cité? ¿Es simplemente una frase genérica?
Desglose por colores en el texto: Tu documento, en el visor de Turnitin, aparecerá con fragmentos coloreados vinculados a cada fuente. Por ejemplo, unas frases en rojo con el número [1] indican que pertenecen a la fuente 1 de la lista. Esto es muy visual. Puedes recorrer el documento viendo todos los resaltados. Turnitin incluso permite excluir una coincidencia si consideras que es irrelevante (por ejemplo, excluir todas las coincidencias menores de X palabras, o excluir la bibliografía). Al excluir, recalcula el porcentaje.
Conclusión: Para interpretar correctamente, sigue estos pasos:
Mira el porcentaje global pero no te quedes solo con él.
Examina la naturaleza de las coincidencias una por una. Identifica cuáles son preocupantes (textos sin citar) y cuáles no (citas, referencias, frases comunes).
Considera la longitud de las coincidencias: no es lo mismo 20% todo de un bloque seguido (lo cual sugiere plagio directo grande) que 20% hecho de trocitos del 1-2% de muchas fuentes (lo cual suele ser acumulación de cositas menores).
Decide acciones: si estás revisando tu propio borrador, corrige las partes problemáticas (cita, reformula o elimina). Si ya es una revisión tras entrega, explica o justifica al profesor las coincidencias legítimas y aprende de las que no lo eran.
En definitiva, el informe de Turnitin es como un diagnóstico: te muestra dónde el texto no es original. Tú (y/o tu profesor) debes hacer el análisis cualitativo de ese diagnóstico para determinar si hay plagio real o no, y cómo solventarlo. No te asustes por ver números; evalúa el contenido concreto detrás de esos números.
¿Turnitin detecta plagio en código fuente o en imágenes?
Turnitin está orientado principalmente a documentos de texto plano (ensayos, informes, tesis, etc.). No detecta plagio en código de programación de forma específica, ni es eficaz para contenidos que no sean texto escrito. Si en tu trabajo incluyes fragmentos de código (por ejemplo, en un TFG de informática), Turnitin puede subirlos pero solo vería letras y símbolos; podría marcar coincidencias si justo ese código exacto aparece en alguna web o repositorio de texto, pero no tiene una lógica profunda para código. Para código fuente existen otras herramientas especializadas (como MOSS, JPlag u otros detectores de similitud de código) que algunas universidades emplean en carreras de programación.
En cuanto a imágenes, gráficos, ecuaciones, etc., Turnitin no “lee” el contenido visual. Si plagiaste un diagrama de otro autor y lo pegaste como imagen, Turnitin no lo sabrá. Sin embargo, muchas veces alrededor de una imagen hay texto (pie de figura, descripción) y si copiaste eso, sí lo detectará por el texto. Pero la imagen en sí no. Para detectar plagio de material gráfico se requerirían otras técnicas (búsqueda inversa de imágenes, por ejemplo) que Turnitin no realiza.
Resumiendo: no, Turnitin no es efectivo para código ni imágenes. Su fuerte es el texto escrito natural. Así que en trabajos que involucren programación o gráficos, los evaluadores deben usar otras formas de verificar originalidad en esas partes específicas.
Hasta aquí nuestras preguntas frecuentes. Si tienes más dudas sobre Turnitin, plagio o cómo asegurar la originalidad de tu trabajo, no dudes en contactar con nuestros asesores. Lo más importante es recordar que un trabajo original y bien citado es la clave para no tener problemas: ni con Turnitin, ni con tu propia conciencia académica.